Néstor Ortigoza es sinónimo de penal convertido. El hombre se transformó en leyenda de San Lorenzo por haber marcado por esa vía dos de los goles más importante de la historia de Boedo: el de la Promoción 2012 ante Instituto, decisivo en la pelea por la permanencia, y el que anotó en la final de la Copa Libertadores 2014, frente a Nacional de Paraguay.
En su carrera, de los 60 que pateó marcó 56, un 93,3% de acierto. Y cuando le tocó hacerlo en series de definiciones -11- no erró nunca. El torneo de sponsors de la Copa de Penales de la LPF no fue la excepción: Ortigoza fue uno de los participantes que representó a la AFA.
“La verdad es que me sorprendió. La gente patea muy bien. Se nota que estaban preparados para venir a competir. Pero lo más importante es que se hayan divertido”, le contó a Olé, ya metiéndose en la edición 2023 de Argentina Patea.
“Todo está muy bien organizado. A los participantes se los ve muy contentos, pasándola bien. Cuando pateaba en Padua había menos arcos, ja. Pero también se hacían prolijos, eh”, recordó aquellas épocas en las que en zona Oeste pulió su destreza al ejecutar en los torneos de barrio.
Pero esta Copa de Penales de la LPF tiene la particularidad de ser la primera oficial del fútbol argentino. Y para eso, Ortigoza hasta se animó a dar un tip: “Se nota que estudian cómo patear, pero el secreto es estar concentrado y no subestimar a nadie. Tratar de no relajarse ni un segundo. Y al arquero esperarlo hasta el final”.
Tutoriales al margen, Ortigoza también proyectó lo que será la gran definición cuando termine el campeonato, en el predio Lionel Andrés Messi de Ezeiza. “Está bueno que los fanáticos puedan representar a los clubes y disfrutar. Sobre todo en el predio, ¡somos campeones del mundo! Que la gente lo pueda hacer le hace bien al fútbol también. Va a ser un torneo fuerte por eso mismo”, cerró.